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Introducción al Internet de las cosas

Es posible que ya hayas oído hablar del Internet de las cosas (IoT), pero ¿qué significa exactamente? El IoT es una red de dispositivos electrónicos (denominados cosas) que contienen sensores, software y otras tecnologías, y están conectados a Internet para intercambiar datos e interactuar con otros dispositivos y con personas (también llamados usuarios). El concepto de cosas incluye innumerables aparatos, como sensores y luces inteligentes para el hogar, pulseras que monitorizan la salud, piezas de sistemas de seguridad y componentes relacionados con la conducción automática; todos ellos, conectados a Internet. La mayor parte de la comunicación entre esos dispositivos consiste en enviar datos y recibir instrucciones. El IoT suele estar muy automatizado o mejorado con software inteligente, por lo que requiere poca interacción entre personas y máquinas, y a veces ninguna.

El IoT promete hacer nuestros objetos más inteligentes y que podamos personalizar nuestra vida y hacerla aún más eficiente. Esta tecnología puede aportar inteligencia a varios sectores, como la sanidad, el transporte, la agricultura y la fabricación, además de hacer más cómoda nuestra vida diaria.

La historia del IoT

Kevin Ashton definió el concepto de IoT en 1999. Afirmó que la cantidad de datos aumentaría de forma tan drástica que la humanidad necesitaría la ayuda de las máquinas para poder manejar y utilizar sabiamente esos grandes conjuntos de datos. Diez años más tarde señaló que, con los datos recogidos por los dispositivos IoT,

«podríamos hacer un seguimiento y recuento de todo, y reducir en gran medida los residuos, las pérdidas y los costes. Sabríamos cuándo hay que reemplazar, reparar o retirar las cosas, y si siguen siendo útiles o ya no nos sirven» (Ashton 2009).

Preveía que el IoT sería capaz de cambiar el mundo de la misma manera que lo hizo Internet. Y su predicción se hizo realidad. Alrededor del 2003, había unos 500 millones de dispositivos conectados. En el 2010, había 12 500 millones. Una investigación de Cisco predijo que alcanzaríamos los 25 000 millones de aparatos conectados en todo el mundo en el 2015, y alrededor de 50 000 millones en el 2020 (Cisco 2011). Estos datos coinciden con los de otra predicción del 2018 (Davis 2018).

Esta tendencia indica que el número de dispositivos conectados ha experimentado un crecimiento rápido y significativo y numerosos expertos coinciden en que seguirá creciendo. En el futuro, cada vez habrá más aparatos conectados, que incluirán cada vez más funciones.

Por eso es esencial prestar atención a estos cambios, porque pueden tener (y probablemente tendrán) un enorme impacto en los trabajadores, en las pequeñas y medianas empresas (pymes) y, también, en nuestra vida personal.

Ejemplo
Una cafetera inteligente y una tableta que muestra sus funciones
Una cafetera inteligente y una tableta que muestra sus funciones

La cafetera inteligente

Antes de entrar en detalles, empecemos con un ejemplo sencillo para describir el IoT. Mediante una aplicación, puedes conectar un dispositivo móvil (como un smartphone o una tableta, o incluso un reloj inteligente) a una cafetera inteligente con Wi-Fi. Al establecer una conexión entre ambos dispositivos, pueden comunicarse entre sí. La comunicación es bidireccional: la cafetera puede enviar notificaciones al dispositivo (por ejemplo, cuando se agota el agua del depósito) y el dispositivo puede enviar instrucciones a la cafetera (para que empiece a hacer café a una hora determinada o para que el café esté listo a cierta hora). En ese proceso, el usuario del IoT es el integrador, que configura los dispositivos, establece la conexión mediante una aplicación que ha descargado y toma decisiones en función de sus gustos y costumbres.

Cada vez más automatización

Supongamos que se publica una nueva versión de la aplicación, con varias funciones automatizadas que se pueden activar o desactivar. Con la automatización activada, la aplicación detecta cuándo se despierta el usuario, por ejemplo, esperando a su primera interacción con el smartphone o la tableta o a que se desconecte el teléfono del cargador. Cada vez que se activa la señal de «despierto», la cafetera se enciende y prepara el café. La automatización puede mejorarse aún más controlando cuánto tiempo duerme el usuario (el tiempo que transcurre desde la última interacción del día anterior y la primera del día actual) y ajustando la intensidad del café en consecuencia.

Uso de datos

Además de los datos que se recogen sobre el usuario, se pueden utilizar para la automatización los datos que recopila la propia cafetera. Después de detectar la cantidad inicial de café que ha comprado el usuario, la máquina puede medir y controlar cuánto va quedando día tras día. A partir del consumo diario de café, se puede predecir cuándo se acabará. Cuando la predicción activa una alarma, la cafetera envía una notificación al dispositivo inteligente del usuario para que compre café cuando vaya a hacer la compra (basándose en las coordenadas GPS del usuario y los datos de ubicación del supermercado). Incluso es posible que, cuando la predicción active la alarma, la cafetera compre automáticamente por Internet el siguiente paquete de café.

El IoT desde el punto de vista personal

Desde una perspectiva personal, el IoT ayuda a que nuestra vida sea más cómoda, personalizable y eficiente. Tomemos como ejemplo la cafetera inteligente: con solo unas pocas cosas conectadas, una parte de nuestra vida se automatiza según nuestras necesidades y costumbres. Aun así, es importante recordar que la persona es el principal actor que pone en marcha ese sistema basado en el IoT. Dentro del proceso, somos el integrador: tenemos que especificar las necesidades y elegir una solución existente, y normalmente somos (o controlamos) también la fuente de datos. Para crear un sistema de IoT eficaz, hacen falta esfuerzo, motivación y conocimientos de informática. Una vez creada la solución de IoT inteligente, esta funciona de manera automática, pero si se añaden más aparatos, es probable que haya que configurar algo más de forma manual. La privacidad y la seguridad son otras de las cuestiones del IoT que preocupan a la población. A medida que se conectan más aparatos a Internet —todos ellos, compartiendo nuestros datos y preferencias personales—, es posible que algunas personas intenten acceder a esa información sin permiso.

El IoT desde el punto de vista empresarial

Desde la perspectiva de las empresas, se pueden recopilar datos (inmensas cantidades de datos) a partir de los procesos empresariales en los que se instalan dispositivos IoT. Además del ejemplo de la cafetera inteligente que hemos descrito, en la sección 3 veremos otras situaciones relacionadas con las empresas. Tomando como base los datos recogidos, se pueden analizar acontecimientos pasados y hacer predicciones de cara al futuro. El análisis de datos permite comprender mejor el proceso subyacente y tomar decisiones más inteligentes. Y las predicciones pueden ayudar a las empresas a mejorar el servicio que prestan a los clientes: por ejemplo, mejorando la calidad, aumentando la cantidad, perfeccionando la experiencia del usuario o incrementando la eficiencia energética o la rentabilidad, por nombrar solo algunas ventajas potenciales.

Los dispositivos IoT pueden formar una red compleja que recopile datos muy importantes. Al utilizar soluciones de software más inteligentes, aunque se trate de pequeñas transformaciones, las empresas pueden cambiar mucho. No obstante, el mundo del IoT está muy automatizado y esto también puede tener consecuencias negativas para los empleados. A medida que se incorporan cada vez más máquinas a los procesos, algunas profesiones van reemplazándose o incluso desapareciendo. Aun así, el IoT es una nueva forma de trabajar y también genera nuevas posibilidades. Si hay decenas o cientos de miles de millones de dispositivos IoT, significa que es necesario fabricarlos, someterlos a tareas de mantenimiento, mejorarlos y desecharlos. Además, hay que diseñar, desarrollar, controlar y actualizar continuamente los sistemas de software y la red informática que hay detrás. Por ello, no deberíamos preocuparnos por que el IoT nos sustituya en todos los trabajos.

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II. ¿Cómo funciona el IoT?