I.

Información de identificación personal

Vivimos en un mundo digital y allá donde vamos dejamos rastros de nuestra identidad. Esas huellas digitales son sorprendentemente fáciles de recopilar en Internet. Grandes empresas como Google se basan en esa información para obtener ingresos por publicidad. Los anunciantes prefieren los anuncios segmentados y están dispuestos a pagar más por ellos. Esto incentiva a las empresas de publicidad a recopilar esa información y, a partir de ella, tratar de deducir tus datos demográficos.

Las empresas necesitan reunir muchos datos para segmentar los anuncios de forma fiable. Además, la cobertura debe ser amplia, por lo que dichas compañías deben estar bien informadas sobre tus intereses para que los datos que recopilan supongan una ventaja.

Note

Los sitios web de redes sociales y empresas de publicidad como Google rastrean lo que haces en línea para entender mejor tus gustos. Y ese rastreo también puede decir mucho sobre tus otras afinidades: por ejemplo, a esas compañías puede resultarles muy fácil averiguar tus preferencias políticas o sexuales.

A ojos de la ley, este tipo de aproximación a la información no se considera información de identificación personal (PII). Sin embargo, si se combina con una pizca de información de identificación, la información demográfica puede ser extremadamente valiosa. Algunas empresas recopilan este tipo de datos de decenas o cientos de lugares e intentan combinarlos para obtener más ingresos con tu información.

Note

Hay miles de empresas que recopilan y venden tus datos en Internet. Son entidades que aprovechan las lagunas legales, por lo que sus acciones no son un delito en la mayoría de los casos. Sin embargo, a veces las han sorprendido recogiendo datos sin permiso y haciendo un mal uso de los datos a los que tienen acceso. Por ejemplo, hay brokers de datos que crean páginas de Facebook que ofrecen un servicio (o un juego, o un cuestionario), pero que al mismo tiempo recopilan tu información para venderla.

En algunos países y regiones, se está empezando a abordar el problema de la privacidad en Internet. Normativas como el RGPD de la UE y la CCPA de California pretenden proteger la privacidad de sus ciudadanos mediante la legislación.

Pero, además de las minúsculas huellas de datos que solo pueden asociar a tu identidad las grandes redes de rastreo, dejas datos personales en muchos de los servicios que utilizas. Esos datos pueden ser cualquier tipo de información confidencial, como detalles de tarjetas de crédito, tu DNI, datos de contacto, tu historia clínica o tu filiación política.

Migas de una galleta observadas a través de una lupa
Migas de una galleta observadas a través de una lupa

Rastreo mediante cookies

Casi todas las empresas rastrean tu navegador a través de las cookies, pequeños fragmentos de información que permanecen en tu ordenador y que te identifican ante el sitio web que sirve la cookie. Las cookies no pueden rastrear toda tu actividad en Internet, pero sí registrar las páginas que visitas, si esas páginas contienen un widget o un anuncio del sitio web original. Un widget puede ser un botón de «Me gusta» o un pequeño formulario de inicio de sesión del sitio original (para acceder con tu cuenta de Facebook o Google). Cuando se carga el widget o el anuncio, se le pide el widget al sitio original, que obtiene la dirección del sitio web que se está cargando junto con la cookie original que te identifica. Los anuncios que aparecen en las páginas web también pueden proceder de empresas que combinan los datos de los anuncios y las páginas en las que se te muestran, para identificar mejor tus costumbres.

Huella digital del navegador

Tus acciones en línea también se pueden rastrear a través de diversas técnicas, lo que se denomina huella digital del navegador (o fingerprinting). Cuando visitas un sitio web, tu navegador envía mucha información al servidor: los idiomas que prefieres, los códigos de identificación del navegador, las dimensiones de tus ventanas, el tamaño de letra que usas, etc. Estos datos, unidos a las cookies y a tu dirección IP, son una poderosa herramienta de rastreo, aunque borres las cookies o no permitas que los sitios web las utilicen.

Puedes eludir algunos de estos métodos de rastreo utilizando el modo privado o de incógnito del navegador. También hay complementos del navegador, como Privacy Badger o Adblock Plus, que bloquean algunos métodos de rastreo.

Ejemplo

En el sitio web amiunique.org, se puede consultar un ejemplo de lo que incluye la huella digital de tu navegador. Con él, puedes averiguar si el navegador que estás usando se puede identificar de forma exclusiva entre los casi tres millones de navegadores que se han sometido a esta prueba. Puedes probar tu navegador en https://amiunique.org/.

Por qué debería preocuparte que recopilen tus datos

En la mayoría de los casos, la información que se recoge sobre ti se usa para identificarte y ofrecerte anuncios mejor segmentados o sugerencias más útiles. Esto puede hacer más agradable tu uso de Internet, ya que te permite descubrir contenidos y productos adaptados a tus gustos y necesidades.

Pero esos datos también pueden utilizarse con fines más perversos. Un ejemplo reciente es el de Cambridge Analytica, que aprovechó con fines políticos los datos de Facebook recibidos de un investigador. Esos datos se utilizaron para dirigir mensajes políticos a cada usuario con el fin de influir en numerosas elecciones de todo el mundo; las más conocidas fueron las presidenciales del 2016 en Estados Unidos y el referéndum del Brexit en el Reino Unido. Cambridge Analytica también empleó una aplicación de Facebook llamada This Is Your Digital Life para recopilar información de sus 270 000 usuarios y, sin su consentimiento, de los amigos de sus usuarios, lo que supone unos 87 millones de usuarios en total.

Un ejemplo menos maligno, pero igualmente preocupante, es el que tuvo lugar en el año 2012. Target, una cadena de grandes almacenes estadounidense, quería segmentar mejor sus anuncios impresos en función de sus clientes. Algunos creen que fue demasiado lejos. Sus científicos de datos utilizaron los datos de sus clientes y los productos que compraban para estimar qué tipos de productos comprarían en el futuro. Una de sus clientas se quedó embarazada siendo adolescente. Cambió su forma de actuar lo justo para que los algoritmos supieran que estaba embarazada y le ofrecieran productos que revelaban su estado. Antes de decírselo a sus padres, estos se enteraron por la publicidad que recibieron en el buzón.

Para algunos servicios, todo el modelo de negocio se basa en recopilar esta información de la mayor cantidad de fuentes posible y vendérsela a cualquiera que desee pagar su precio. La información se suele usar para mejorar la experiencia del usuario, realizar estudios académicos, segmentar la publicidad, orientar mensajes políticos a ciertas personas, etc. Estos datos también pueden caer en manos de Gobiernos autoritarios que los utilicen para controlar a sus ciudadanos y reprimir a los disidentes. Por ejemplo, se cree que Estados Unidos se enfrentó a TikTok por sospechar que la aplicación recopilaba numerosos datos de sus usuarios y los enviaba al Gobierno chino.

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II. Derechos de privacidad