Cuando el hardware empezó a mejorar y a venderse a particulares, el software adquirió mayor relevancia. Los usuarios particulares no sabían programar sus ordenadores, ya que en general no habían dedicado el tiempo necesario para aprender un lenguaje de programación. Por eso se creó software fácil de usar para ordenadores domésticos, como el software del sistema y el software de las aplicaciones.
Software del sistema
El software del sistema gestiona las operaciones del hardware del ordenador y se asegura de que todas las partes actúen juntas para llevar a cabo las funciones necesarias, de modo que los dispositivos y el software funcionen sin problemas. El software del sistema también está diseñado para servir de plataforma donde ejecutar el software de las aplicaciones. Incluye los sistemas operativos, los controladores de dispositivos y las utilidades.
Sistemas operativos
Todos los dispositivos que tienen un ordenador tienen un sistema operativo (SO). Los ordenadores y otros dispositivos inteligentes que contienen ordenadores, como los smartphones, se diseñan y se producen con un sistema operativo específico. El sistema operativo determina la compatibilidad de todo el software necesario para que el dispositivo funcione.
Hay muchos tipos de sistemas operativos para dispositivos fijos o móviles y algunos están más extendidos que otros. El sistema operativo más habitual en los ordenadores personales es Microsoft Windows, que se ejecuta en los PC de la mayoría de los fabricantes. El sistema operativo de Apple, macOS, tiene una cuota de mercado muy inferior, ya que solo se ejecuta en los ordenadores de Apple. En el sector de la telefonía móvil, la mayoría de los smartphones funcionan con el sistema operativo Android, creado por Google y personalizado por los fabricantes de los diferentes teléfonos, como Samsung. El sistema iOS de Apple también es muy popular, pero solo funciona en los iPhones de Apple, al igual que sucede con el SO de sus ordenadores.
Cada sistema operativo tiene sus ventajas e inconvenientes y se recomienda más o menos según el uso que se le vaya a dar. Por eso, algunos sistemas operativos funcionan mejor en los sistemas de escritorio que en los dispositivos móviles y viceversa.
También existen sistemas operativos especializados para diversas necesidades informáticas. En el sector de la supercomputación y los servidores, las diversas distribuciones de Linux son la opción predominante. Para los sistemas integrados y en tiempo real, existen otros tipos de sistemas operativos especializados, como CarOS para la industria del automóvil.
Controladores de dispositivos
Los dispositivos de hardware y el software suelen crearlos empresas diferentes, que hablan distintos idiomas. Un controlador de un dispositivo es un «traductor» que hace de puente entre el hardware y el software para que puedan entenderse. Controla o hace funcionar un tipo concreto de dispositivo de hardware que se conecta a un ordenador o dispositivo inteligente.
Ese traductor es una interfaz de software para los dispositivos de hardware, que permite a los sistemas operativos y otros programas informáticos acceder a las funciones del hardware sin necesidad de conocer los detalles precisos del hardware que se utiliza.
Sin los controladores, el ordenador no podría enviar y recibir datos correctamente a los dispositivos de hardware. Todas las piezas de hardware requieren un controlador, desde los componentes internos del ordenador, como la tarjeta gráfica, hasta los periféricos externos, como la impresora. Lo bueno es que la mayoría de los ordenadores, smartphones y tabletas vienen con los controladores necesarios preinstalados, además de otros genéricos, y ahora hay muchos sistemas operativos que detectan automáticamente los nuevos dispositivos que se conectan (por ejemplo, un disco duro externo) e instalan el controlador de dispositivo necesario.
Programas de utilidades
Se trata de un tipo de software del sistema diseñado para ayudar a los usuarios a mantener y cuidar sus ordenadores y dispositivos inteligentes. Ayudan a analizar, configurar, optimizar y mantener en buenas condiciones el sistema operativo, el hardware del dispositivo y el software de las aplicaciones.
Actualmente, algunos programas de utilidades vienen incluidos con el software del sistema operativo. Otros se pueden comprar u obtener de otra manera.
La mayoría de las utilidades se especializan en algo muy concreto: están diseñadas para realizar una sola tarea o un pequeño conjunto de tareas. Pero también hay paquetes de utilidades que combinan varias funciones en un mismo software.
Aunque las utilidades forman parte del software del sistema, no son un componente del sistema operativo. Se cargan en la memoria cuando es necesario, y esto puede hacerlo el usuario o el propio sistema operativo.
¿Para qué sirve principalmente el software de utilidades?
Para realizar tareas de mantenimiento de un sistema informático y mejorar su eficiencia.
Para ayudar a mantener el ordenador libre de software no deseado, como virus o software espía.
Para que el usuario pueda personalizar su escritorio e interfaz de usuario.
Para gestionar la memoria del ordenador y mejorar su rendimiento.
Cuida tu ordenador con un buen programa antivirus y úsalo a menudo, junto con un programa para hacer limpieza del disco duro y otro para desfragmentarlo. Con la limpieza se eliminan ciertos archivos innecesarios que ocupan espacio en el disco duro. Por ejemplo, el contenido de la papelera de reciclaje, los archivos temporales de Internet y los archivos de volcado de memoria. Los desfragmentadores reconocen los archivos del disco duro y hacen que funcionen de forma más eficiente, al consolidar los archivos «fragmentados».
Software de aplicaciones
A diferencia del software del sistema, el software de las aplicaciones permite a las personas realizar determinadas acciones en los ordenadores, smartphones y tabletas, como jugar, ver vídeos o escribir textos.
Para la mayoría de la gente, las aplicaciones son el motivo por el que usan los ordenadores. Hay miles de ellas. Las aplicaciones son los programas que se utilizan para leer y escribir cartas, trabajos y libros, hacer cálculos, escuchar música, ver páginas web de Internet y películas en DVD, crear imágenes, jugar y hacer todas las demás cosas que hacen los ordenadores. En los smartphones y las tabletas, incluso las funciones más básicas, como las llamadas telefónicas y las fotos, se ejecutan en aplicaciones programadas para realizar esas tareas.
Las aplicaciones se relacionan con el sistema operativo y se crean para un sistema operativo específico. Por eso, algunas aplicaciones creadas para ordenadores Apple pueden no funcionar en los dispositivos que tienen instalado otro sistema operativo. Del mismo modo, las aplicaciones que se ejecutan en iOS, el sistema operativo del iPhone, no funcionan en los móviles y tabletas que tienen Android, un sistema operativo móvil desarrollado por Google y que utilizan actualmente muchos fabricantes de smartphones.
Los dispositivos como los ordenadores portátiles y los smartphones vienen con muchas aplicaciones estándar preinstaladas para que puedas utilizarlos nada más sacarlos de la caja. Si necesitas otras aplicaciones o programas de software para tareas específicas, como editar vídeos o gestionar nóminas, ahora es mucho más fácil que antes utilizar estas herramientas. Hoy en día, las aplicaciones que no están ya instaladas en el dispositivo pueden descargarse de Internet o de la tienda de aplicaciones para móviles, o se puede acceder a ellas en línea a través del navegador de Internet.
Hemos avanzado mucho desde los años noventa, cuando los programas de software como los de Microsoft Office se copiaban en el almacenamiento interno del ordenador desde un CD físico. Ahora, Microsoft 365, que engloba todo el paquete de aplicaciones ofimáticas, está alojado en línea y se puede optar por descargar el programa en el dispositivo o acceder a él a través de un navegador de Internet. Muchos otros programas de aplicaciones de software utilizan ese mismo modelo: te permiten iniciar sesión desde cualquier ordenador, smartphone o tableta y continuar lo que hayas dejado a medias. Estos nuevos modelos de negocio, basados en la suscripción al servicio de una o varias aplicaciones de software, se denominan software como servicio o SaaS (por sus siglas en inglés) y son posibles gracias a la evolución del software y de la conectividad a Internet. Profundizaremos en este tema en el próximo capítulo.
Cuando vayas a comprar un software de aplicación, debes asegurarte de que sea compatible con el sistema operativo instalado en tu dispositivo. Si el desarrollador de la aplicación no ofrece una versión compatible con el sistema operativo de tu dispositivo, averigua si existe una versión del programa a la que puedas acceder a través de un navegador de Internet.
También es posible que el software no funcione bien porque no es compatible con la arquitectura física (el tipo de CPU) o porque el dispositivo no tiene suficientes recursos (como capacidad de almacenamiento o velocidad). Los requisitos del sistema de cada software se pueden consultar en el sitio web del proveedor del software.
No siempre es necesario comprar software. Existen alternativas gratuitas como el freeware, el shareware y el software libre. Empieza por buscar lo que quieres que haga el software. Luego, compara precios, comprueba si es compatible con tu sistema operativo y disfruta probando diferentes alternativas.
Ten cuidado cuando pruebes software gratuito, ya que hay «virus» de software que pueden dañar el ordenador o tus datos. Protege tu dispositivo con un antivirus.
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Al finalizar el capítulo 3, deberías ser capaz de:
Explicar qué es el software y por qué lo necesitamos para comunicarnos con nuestros dispositivos.
Entender qué son los lenguajes informáticos y cómo podemos utilizarlos para crear software.
Explicar qué es el diseño de software y las habilidades que requiere.
Entender cómo funcionan las aplicaciones que utilizamos a diario para realizar diferentes tareas
