Independientemente del ángulo desde el que la observemos o de la definición que utilicemos para comprenderla, ya hace tiempo que la transformación digital está cambiando el mundo. Se están produciendo grandes cambios socioculturales: por ejemplo, están surgiendo nuevas formas de conectarse e intercambiar información y la era de la conectividad constante está abriendo más oportunidades de negocio que nunca.
En esta sección, examinaremos más detenidamente las áreas en las que más han influido las tecnologías digitales, pero también las que presentan oportunidades de cambio en el futuro.
Nuevas formas de comerciar
Aunque las tecnologías digitales se incorporaron a la sociedad y a la economía hace varias décadas, es la integración de Internet y el avance de la conectividad de las personas y los objetos lo que ha creado oportunidades y formas de comerciar totalmente nuevas.
Los avances tecnológicos, la interoperabilidad y el descenso de los costes de las TIC han hecho que la tecnología pueda utilizarse en el día a día. Ahora, las empresas de cualquier sector pueden diseñar y llevar a cabo sus operaciones utilizando sistemas tecnológicos programados para aumentar la eficiencia y la flexibilidad y acceder a los mercados internacionales.
Hoy en día, hay sistemas basados en software y tecnologías de Internet, como la computación en la nube y el análisis de grandes volúmenes de datos (big data), al alcance de cualquier empresario, mucho más asequibles que antes, y estos sistemas están impulsando el crecimiento de la economía de Internet.
Veamos dos usos muy extendidos de estos sistemas digitales disponibles en el mercado y cómo han cambiado la manera de comerciar:
1) Comercio electrónico
El comercio electrónico, o e-commerce, se ha definido como «la compraventa de bienes o servicios a través de redes informáticas por métodos diseñados específicamente para recibir o realizar pedidos. Los bienes o servicios se solicitan por esos medios, pero el pago y la entrega de los bienes o servicios no tienen por qué realizarse en línea» (OCDE, 2011).
En el comercio electrónico se entremezclan una gran variedad de tecnologías: gestión de bases de datos, computación en la nube para administrar y procesar datos, inteligencia artificial para conocer las preferencias de los clientes y seguimiento de envíos y pedidos, entre muchas otras. Esto da lugar a una variedad aún mayor de prácticas de comercio electrónico, y ha abierto la puerta a que todo el mundo pueda vender sus productos y servicios en línea.
Sin embargo, es importante señalar que esta forma de interactuar con los clientes y con otras empresas ha provocado cambios fundamentales en la relación entre consumidores y comercios, con la aparición de prácticas empresariales innovadoras en el ecosistema del comercio electrónico.
Veamos el ejemplo concreto de Shopify, una empresa canadiense de comercio electrónico.
Los vendedores, sean grandes empresas o pequeñas entidades, pueden abrir una tienda en Shopify y gestionar su inventario, procesar las transacciones, optimizar el marketing y gestionar los clientes; todo ello, a través del software que proporciona Shopify. En primer lugar, esta compañía se centró en crear un software de comercio electrónico que pudiera utilizar cualquier comercio, para que las empresas con menos capacidad de crear su propia infraestructura en Internet pudieran utilizar una solución ya programada. En segundo lugar, Shopify cuenta con un amplio catálogo de aplicaciones de terceros que los vendedores pueden instalar para usarlas en sus tiendas en línea. Los comercios pueden utilizar estos complementos para prestar un mejor servicio a sus clientes. Al mismo tiempo, se va creando una comunidad de empresas que ofrecen servicios relacionados con el comercio electrónico, sin estar directamente en el sector comercial. Al principio, los ingresos de Shopify procedían del cobro de una cuota de suscripción mensual, pero la compañía aprovechó su infraestructura para ofrecer también otros servicios a los comerciantes, como productos de pago, envío y servicios financieros.
2) Plataformas participativas en red
Una plataforma participativa en red es una intermediaria que permite a los usuarios colaborar y contribuir a elaborar, ampliar, evaluar, comentar y distribuir contenidos creados por los usuarios (OCDE, 2014).
El modelo de negocio basado en los efectos de la red se centra principalmente en una gran base de usuarios y en la interacción entre ellos, y utiliza tecnologías web para aportar valor. Una vez más, la gran variedad de tecnologías disponibles ha permitido crear diferentes plataformas de distribución, desde redes sociales que distribuyen información, wikis, blogs y podcasts para compartir conocimientos hasta plataformas de oferta y demanda de servicios, entre muchas otras.
Aunque a menudo el uso de la plataforma es gratuito para los consumidores, estas empresas pueden obtener ingresos de diversas maneras, por ejemplo, mediante contribuciones voluntarias, modelos basados en la publicidad, la concesión de licencias de contenidos y tecnologías a terceros, la venta de bienes y servicios a la comunidad y la venta de datos de los usuarios a empresas de estudios de mercado u otras entidades.
A partir de las tecnologías digitales han surgido muchas otras formas innovadoras de comprar y vender, desde los servicios de pago y comercio por Internet hasta la publicidad en línea o las tiendas de aplicaciones, y algunas están estrechamente interconectadas o coinciden mucho entre sí.
La transformación digital en el aula
En el sector educativo, la transformación digital no solo tiene que ver con la tecnología que se usa en las clases, sino que más bien se trata de un cambio cultural en la forma de abordar el conocimiento.
Gracias a las herramientas digitales y la digitalización de la información, el conocimiento es más accesible que nunca: cualquier persona con conexión a Internet tiene acceso instantáneo a recursos de aprendizaje. Puede compartirlos con sus compañeros y profesores con un solo clic o consultarlos en cualquier momento y lugar.
Aprender ya no consiste en acumular conocimientos, sino en adquirir una mentalidad crítica y analítica para poder filtrar la gran cantidad de información que está disponible con solo pulsar un botón.
La digitalización abre todo un mundo de posibilidades para la educación: experiencias de aprendizaje personalizadas, colaboración entre alumnos y profesores para crear materiales didácticos mejores y más relevantes y mayor facilidad de acceso a la educación para quienes tienen dificultades.
Así, el aprendizaje se convierte en una experiencia muy personal con un importante grado de individualización y flexibilidad.
El aprendizaje unido a los juegos y la creatividad
Aprender un lenguaje informático puede parecer difícil, pero es una habilidad importante en la era digital. Scratch es un lenguaje de programación y una comunidad en línea que ayuda a los más jóvenes a crear sus propias historias, animaciones y juegos interactivos mediante pensamiento creativo, trabajo colaborativo y razonamiento sistemático. Los usuarios de Scratch pueden compartir contenidos interactivos, como historias, juegos y animaciones, con otras personas de todo el mundo. Si quieres aprender a programar con este sistema, puedes empezar aquí: https://scratch.mit.edu/
Ciudadanía digital
Al igual que en otros sectores, las tecnologías digitales pueden ser un vehículo de innovación y progreso social de gran impacto, a disposición tanto de los Gobiernos como de los ciudadanos.
En una época en que el mundo real y el virtual están cada vez más conectados entre sí y a veces incluso coinciden, las fronteras y las identidades demográficas se difuminan. Nos convertimos en ciudadanos digitales de una comunidad virtual global, con intereses comunes y orígenes diversos.
El concepto de ciudadanía digital amplía la idea de ciudadanía al espacio virtual, utilizando la tecnología como puente entre las comunidades de dentro y fuera de Internet para participar en la sociedad. Se emplean herramientas digitales para ejercer y defender nuestros derechos y responsabilidades democráticos en línea, y para promover y proteger los derechos humanos, la democracia y el Estado de derecho en el ciberespacio.
Identidades electrónicas
La identificación electrónica (eID) es una solución digital para que las personas, empresas u organizaciones demuestren por medios electrónicos que son quienes dicen ser y, de este modo, puedan acceder a los servicios prestados por organismos gubernamentales, bancos u otras empresas, realizar pagos mediante el móvil, etc.
Cada vez hay más países que utilizan sistemas de identificación electrónica para prestar diversos servicios que pueden ofrecerse en línea de una manera más segura y eficiente. Estos sistemas permiten proporcionar servicios personalizados tanto en el ámbito público como en el privado. Algunos ejemplos son el acceso específico a bases de datos gubernamentales y el acceso personalizado a sitios web. Sin la identificación electrónica, la administración electrónica solamente podría conceder acceso a información genérica.
Asistencia sanitaria conectada
Los sistemas sanitarios se enfrentan a varios retos, entre ellos, el de mejorar el bienestar, la calidad y el acceso a la asistencia sanitaria a medida que la población envejece y aumenta la esperanza de vida. También es un área donde las tecnologías digitales han mostrado un importante potencial de progreso.
La transformación digital de la asistencia sanitaria sitúa a los pacientes en el centro, al ayudar a los proveedores a optimizar sus operaciones, comprender las necesidades de los pacientes, generar confianza y ofrecer una mejor experiencia de usuario en general; por ejemplo, en los hospitales, puede mejorar los sistemas centrados en el paciente y las condiciones del personal o dar lugar a nuevas modalidades de asistencia.
Los pacientes tienen la oportunidad de participar más activamente en el cuidado de su salud y bienestar. Por ejemplo, hay multitud de aplicaciones móviles o dispositivos para llevar puestos que permiten hacer un seguimiento de numerosos indicadores de salud, como la frecuencia cardíaca, la movilidad, la nutrición, el sueño, etc. Registran y analizan nuestras actividades y nuestros hábitos diarios para ayudarnos a llevar un estilo de vida saludable.
La implementación de ciertas tecnologías permitirá ofrecer un tratamiento más personalizado, lo cual es crucial, por ejemplo, para los pacientes que padecen diversas afecciones.
Por otro lado, la tecnología puede crear un entorno más adecuado para los médicos y el personal sanitario. Los procesos y sistemas interconectados y la automatización de las tareas repetitivas les permiten realizar su trabajo con mayor precisión y eficiencia. Con la tecnología, es posible acceder a una gran cantidad de datos para proporcionar información importante, lo que se traduce en mejores tratamientos para los pacientes.
Hoy en día, las tecnologías emergentes —el Internet de las cosas, la realidad virtual y aumentada, la robótica, la computación en la nube y el big data— están replanteando por completo la forma en que interactuamos con los profesionales de la salud, cómo se utilizan nuestros datos para tomar decisiones sobre nuestros planes de tratamiento o cómo se usan en estudios de investigación innovadores.
Pero ¿qué implica la transformación digital para el futuro del empleo?
Influencer, gestor de redes sociales u operador de drones son algunos ejemplos de trabajos que no existían hace diez años. Como en cualquier otro ámbito, las nuevas tecnologías tienen el potencial de cambiar drásticamente gran parte de lo que sabemos sobre la forma de trabajar de las personas. ¿Qué puestos habrá en el mercado dentro de diez años, cuáles dejarán de existir y qué competencias se valorarán más?
Aunque es difícil pronosticar cómo será el empleo del futuro, es importante tener en cuenta que las nuevas tecnologías afectan a las tareas, no a los puestos de trabajo.
Como se observa ya en todos los sectores, las tecnologías digitales han cambiado lo que hace la gente en el trabajo y cómo lo hace: no se trata simplemente de que se creen nuevos empleos mientras otros desaparecen. Por ejemplo, podemos utilizar espacios de almacenamiento en línea para compartir documentos y que todos nuestros compañeros puedan acceder a ellos en cualquier momento y lugar, de modo que podemos encontrar la información que necesitamos para llevar a cabo nuestro trabajo casi al instante y sin tener que pedírsela a nadie.
Los actuales perfiles laborales pueden cambiar considerablemente. Tal vez varíen las tareas o se incluyan otras adicionales, por lo que los trabajadores tendrán que adaptarse a nuevos métodos, culturas y herramientas de trabajo.
Las competencias especializadas en tecnología son cada vez más importantes, como reflejan las ocupaciones más vanguardistas de la economía de datos y la inteligencia artificial (IA), así como los nuevos trabajos del ámbito de la ingeniería, la computación en la nube y el desarrollo de productos. Los analizaremos en los siguientes capítulos, pero hay otra tendencia que estamos observando: tienen mayor demanda los roles con un nivel moderado de habilidades digitales, combinado con habilidades «blandas», lo que refleja que la interacción humana sigue siendo importante en la nueva economía.
Competencias como la comunicación, la creatividad y la colaboración son prácticamente imposibles de automatizar, lo que significa que, si tienes estas habilidades, las empresas y organizaciones del futuro te valorarán aún más.
Con el tiempo, todos los puestos de trabajo se reconfigurarán para incluir una mezcla de habilidades digitales y competencias relacionadas con la comprensión cultural y social. Por ello, las opciones profesionales que no solemos considerar tecnológicas seguirán siendo relevantes en el panorama general de la transformación digital del trabajo.
El mundo de la transformación digital evoluciona rápidamente y ese cambio afecta a todas las áreas de actividad, por lo que todos los trabajadores —sea cual sea su relación con la tecnología— necesitarán competencias para desenvolverse en un lugar de trabajo en constante cambio. Cada vez es más importante que las personas adquieran, además de conocimientos, habilidades que las ayuden a anticiparse a los cambios y a ser más flexibles y resilientes.
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Al finalizar el capítulo 1, deberías ser capaz de:
Expresar los principales acontecimientos que han contribuido a la evolución de las tecnologías digitales, un fenómeno que se denomina revolución digital.
Describir los principales factores en los que se basa la transformación digital.
Explicar algunas de las implicaciones socioeconómicas de la revolución digital.