Infraestructura de nube
La infraestructura de nube son los recursos de hardware necesarios para que funcionen los servicios de la nube que se proporcionan y suele incluir los componentes de servidores, almacenamiento y redes. Se suele denominar computación bajo demanda o computación tipo servicio público y se caracteriza por ofrecer opciones de prepago y pago por uso.
La mayor parte de la computación en la nube se aloja en inmensos centros de datos, que ofrecen recursos informáticos con mayor eficiencia que los pequeños: una gran calidad a un precio razonable. El inconveniente es que, si un servicio de nube o un centro de datos con millones de clientes deja de funcionar, las repercusiones también son importantes.
Centros de datos
Un centro de datos es «una instalación compuesta por ordenadores y almacenamiento conectados en red que utilizan las empresas y otras organizaciones para organizar, procesar, almacenar y difundir grandes cantidades de datos». Son un recurso fundamental para el día a día de las empresas. La construcción de un centro de datos es muy costosa y estas instalaciones consumen muchísima electricidad: los servidores y la red están siempre activos, al igual que los sistemas de ventilación y refrigeración.
Algunas empresas optan por alojar sus aplicaciones en las diferentes ubicaciones donde se encuentran la mayoría de sus usuarios, para ofrecer un servicio más rápido y minimizar la latencia (el retardo), lo que es muy importante, por ejemplo, para los videojuegos, el comercio, las comunicaciones por vídeo y la transmisión de vídeo.
Todo el sector de la computación en la nube para empresas trata de resolver las limitaciones de los centros de datos y ordenadores locales. Los proveedores que ofrecen servicios de computación en la nube se encargan del mantenimiento general de sus centros de datos y se aseguran de que dispongas de un almacenamiento de datos y una potencia de computación ilimitados a medida que vayas necesitando más recursos.
Computación perimetral
Actualmente, la mayor parte de la computación en la nube tiene lugar en grandes centros de datos. Sin embargo, esas instalaciones pueden estar muy lejos de los dispositivos que necesitan utilizarlas, lo que provoca un retraso conocido como latencia, debido al tiempo que tardan los datos en transmitirse a través de Internet. Una de las soluciones propuestas para este problema se conoce como computación perimetral, del inglés edge computing.
Cada uno de nuestros dispositivos inteligentes contiene una capacidad informática que suele desaprovecharse cuando no los usamos. Si tienes un televisor inteligente, un portátil, un smartphone y un reloj inteligente, lo más probable es que haya muchas horas al día en las que no estés utilizando los ordenadores incorporados en todos esos dispositivos. Y lo mismo sucede con los dispositivos de tus vecinos y de los negocios de tu zona. La computación perimetral es un nuevo método de computación en la nube que permite que esos dispositivos inteligentes procesen datos mientras «duermen». Así, se puede acceder a esa potencia de computación que no se utiliza desde lugares más cercanos a su origen, por lo que puede ser más rápida y eficiente energéticamente.
Contar con infraestructuras de nube y perimetrales que sean fiables y aprovechen la energía de manera eficiente será crucial para innovar de forma sostenible. Dado que toda la computación consume energía, cuanto más podamos reducir ese consumo, más sostenible será nuestro uso de la informática.
Modelos de implementación
Hay tres tipos de modelos de implementación de la nube: una nube puede ser privada, pública o, si combina ambas modalidades, híbrida.
Los servicios de nube pública están disponibles en el Internet abierto para cualquiera que desee utilizarlos. El proveedor de la nube es el propietario del hardware (los servidores) y diferentes empresas comparten su uso.
Los servicios de nube privada pueden consistir en una red propia o un centro de datos que proporcione servicios alojados a un determinado número de personas, con una configuración específica de acceso y permisos. En ese caso, es una sola entidad la que utiliza la infraestructura de la nube de manera exclusiva. Puede funcionar in situ (en las oficinas de la empresa u organización) o ser propiedad de un proveedor de servicios que la gestione y explote.
Algunas empresas usan ambos métodos a la vez. La computación en la nube híbrida permite a las empresas alojar las aplicaciones más importantes o confidenciales en sus instalaciones (nube privada) y utilizar un proveedor externo de nube pública para operaciones menos delicadas, como las de pruebas y desarrollo. Este modelo se emplea a menudo en el campo del big data: los datos se almacenan en tu oficina, pero las consultas analíticas se ejecutan en la nube pública.
En cualquier caso, sea privada, pública o híbrida, la computación en la nube pretende proporcionar un acceso sencillo y flexible a los recursos y servicios informáticos.
Tipos de servicios: IaaS, SaaS y PaaS
Los servicios de computación en la nube se subdividen en tres categorías principales: infraestructura como servicio (IaaS), plataforma como servicio (PaaS) y software como servicio (SaaS). Estas categorías se basan en las tres capas de una pila informática: infraestructura, plataforma y aplicaciones.
Tipo de plataforma | Ejemplos habituales |
---|---|
SaaS | Google Apps, Dropbox, Zoom, Salesforce CRM, Cisco WebEx, Concur, GoToMeeting, Office 365, Quickbooks, Xero |
PaaS | AWS Elastic Beanstalk, Heroku, Force.com, Google App Engine, Apache Stratos, OpenShift |
IaaS | DigitalOcean, Linode, Rackspace, AWS EC2, Cisco Metapod, Google Compute Engine (GCE) |
En el modelo de infraestructura como servicio, los usuarios pueden utilizar infraestructuras y recursos informáticos físicos, como servidores, redes, almacenamiento y espacio en centros de datos, sin tener que adquirirlos, gestionarlos ni manejarlos físicamente.
En el modelo de plataforma como servicio, los usuarios obtienen acceso a herramientas de hardware y software; normalmente, a las necesarias para desarrollar e implementar aplicaciones destinadas a los usuarios a través de Internet.
El software como servicio es un modelo de oferta y licencias de software en el que el software y las aplicaciones se alojan de forma centralizada y se conceden licencias por medio de una suscripción. A veces se denomina también software a la carta o software bajo demanda.
La gran flexibilidad en cuestión de prestaciones y volumen que ofrecen las plataformas SaaS permite que los usuarios accedan a tus contenidos o servicios desde cualquier lugar a través de diversas plataformas, como navegadores web, tabletas y dispositivos móviles, sin necesidad de una infraestructura a gran escala.
La demanda de aplicaciones de gestión de las relaciones con los clientes (CRM), de gestión contable y de planificación de recursos empresariales (ERP) mediante modelos de suscripción de pago por uso ha propiciado una gran adopción de estas aplicaciones en el mercado. El creciente uso de la IA, el aprendizaje automático, el big data y el software de análisis hará que el SaaS se utilice cada vez más.
En el sector de las tecnologías de la información y la comunicación, se están adoptando las plataformas de nube pública que ofrecen los principales proveedores de nube —AWS, Microsoft y Google— para gestionar mejor el rápido crecimiento y las complejas infraestructuras.
Los sectores de la venta minorista y el comercio electrónico también están utilizando el modelo IaaS para gestionar el tráfico de sus sitios web y ofrecer una experiencia de compra fluida en plataformas móviles y tabletas. Otra ventaja que ofrece la tecnología de computación en la nube es la de mejorar la inteligencia empresarial a partir de los datos de los clientes. En las tiendas físicas ya se aplican algunas técnicas para mejorar la experiencia del cliente, como la interconexión de puntos de venta y la facturación centralizada a través de la nube.
Servicios de computación en la nube
La computación en la nube incluye todo tipo de servicios, desde los componentes básicos de almacenamiento (por ejemplo, de fotos, vídeos y documentos), redes y capacidad de procesamiento para ejecutar aplicaciones estándar de oficina (G Suite, Microsoft 365) hasta tecnologías más exigentes como la inteligencia artificial. Hoy en día, la mayoría de los servicios que no requieren la presencia física del usuario cerca del hardware informático pueden prestarse a través de la nube, lo que supone un gran ahorro en términos de dinero y del hardware que haría falta para ejecutar esos mismos servicios en casa o en una oficina. Es más rápido, barato y flexible que los métodos convencionales del ámbito de la informática.
Las principales tecnologías emergentes del momento, como la inteligencia artificial, el Internet de las cosas, el blockchain y el big data, requieren enormes cantidades de datos, espacio de almacenamiento y potencia de computación para funcionar. La nube es esencial para implementar estas tecnologías, ya que ofrece toda esa potencia de computación de forma asequible, al proporcionar opciones de pago por uso (un modelo similar al de los suministros domésticos). Es crucial para potenciar una economía europea competitiva e innovadora en la era digital.
Competencias necesarias y oportunidades laborales
La demanda de conocimientos de computación en la nube va en aumento, ya que cada vez más empresas usan los servicios de la nube. En este ámbito se buscan diversos perfiles profesionales, con diferentes combinaciones de competencias de gestión de proyectos, conocimientos de ciencia de datos y habilidades técnicas especializadas. Entre ellas se encuentran la gestión de bases de datos, el desarrollo, la seguridad, la planificación de la transición a la nube, el diseño de aplicaciones en la nube y la gestión y supervisión de la nube.
Algunas cualificaciones que se solicitan para ocupar los puestos vacantes de este sector son conocer bien la tecnología y la infraestructura de la computación en la nube, así como tener experiencia en el diseño y la migración de aplicaciones a la nube. Para los puestos de consultoría es posible que se requiera experiencia, ya que esos roles deben entablar relaciones con los clientes y los miembros de diversos equipos.
Entre los conocimientos técnicos clave para los profesionales de la nube están los siguientes:
Competencias relacionadas con las bases de datos: el almacenamiento, la gestión y el acceso a los datos almacenados en la nube es una parte fundamental de cualquier estrategia basada en la nube.
El software alojado en la nube permite realizar implementaciones rápidas y graduales con una frecuencia mucho mayor, lo que requiere profesionales de DevOps (desarrollo y operaciones) cuyo conjunto de habilidades abarque diversas funciones, para que el software desarrollado se implemente sin contratiempos.
Seguridad de la información: la ciberseguridad y las medidas preventivas son importantes para la computación en la nube.
Competencias relacionadas con las redes: la integración de las redes con los servicios de la nube es imprescindible.
Conocimientos de programación: es esencial dominar lenguajes de programación como PHP, Java y .NET. También hay demanda de los lenguajes de programación tradicionales, como Python y Ruby.